Estamos a escasos días o semanas de culminar el año escolar 2017, ocasión propicia para realizar – a nivel familiar – un balance del desempeño escolar junto con nuestros hijos, porque de esta forma les ayudaremos a evaluarse a sí mismos, y además les demostraremos nuestra preocupación e interés como padres de familia. Por ello, en mi condición de educador y progenitor de dos hijos adolescentes en edad escolar me permito sugerirles algunas herramientas y estrategias que podría servirles a los padres de familia para que juntos con sus hijos realicen un balance escolar objetivo y productivo.
Ambiente o entorno favorable
La primera clave para realizar este balance escolar desde la familia está relacionada con la búsqueda de un ambiente favorable o entorno idóneo por parte de los papás para llevar a cabo esta evaluación. Se trata de considerar no solo un espacio físico donde se llevará a cabo el diálogo entre padres e hijos, sino también tomar en cuenta el ambiente familiar; por ejemplo, sugiero que este balance se pueda realizar cuando todos los integrantes de la familia tengan plena disponibilidad para participar del diálogo. Por ello, se debe evitar todo tipo de interrupciones o distracciones, entonces recomiendo que este balance se realice después de las fiestas navideñas y de fin de año.
Indicadores de evaluación
Un balance requiere de precisar algunos indicadores que faciliten la evaluación objetiva del desempeño escolar de nuestros hijos. Cabe precisar que los Indicadores son hechos o expresiones concretas y cuantificables cuyos valores nos permiten medir la idoneidad, la eficacia y la eficiencia de un proyecto, en este caso el desempeño escolar. Estos indicadores pueden ser de dos tipos: cuantitativos, aquellos que son numerables o cuantificables; y cualitativos, que no son cuantificables, los que se centran más en la calidad que en la cantidad. Para realizar el mencionado balance escolar, sugiero considerar los siguientes indicadores: asistencia a clases, presentación de tareas y rendimiento escolar (boleta de notas), los anteriormente mencionados son cuantificables; en cambio, la actitud y responsabilidad frente a los compromisos escolares, las experiencias vividas a partir de relaciones interpersonales con los compañeros de aula, así como el comportamiento demostrado en el colegio constituyen indicadores de evaluación cualitativos que podrían ser tomados en cuenta dentro de este balance escolar.
Identificando oportunidades de mejora
Como resultado del diálogo entre padres e hijos sobre los indicadores del desempeño escolar, antes mencionados, se podrán identificar muchas oportunidades de mejora y para ello se recomienda analizar la situación de manera objetiva, sin apasionamientos ni victimizaciones buscando en todo momento asumir responsabilidades, y los padres deben ser ejemplo de ello. Es decir, si una de las debilidades identificadas está asociada a las faltas injustificadas al centro educativo, entonces, aquí se precisa que padres e hijos analicen las causas de estas ausencias al colegio. Recuerden que esta evaluación es compartida y con distintos niveles de responsabilidad, de ahí que seguramente padres e hijos deben hacer un mea culpa sobre el particular. Por otro lado, en este proceso de la evaluación también debe servir para que los padres e hijos se reconozcan o feliciten mutuamente. Un ejercicio socioemocional, a nivel familiar muy saludable, que contribuirá con fortalecer la autoestima de los miembros de la familia y además generará un ambiente positivo para la convivencia diaria.
Compromisos y metas 2018
Evaluación es sinónimo también de mejora continua y para concretar este cambio es necesario que los miembros de la familia asuman ciertos compromisos que les permitan, por un lado, fortalecer el vínculo familiar, y por otro lado, se definan las metas de cara al 2018, las mismas que deben ser compartidas por padres e hijos. Las metas también deben ser asequibles y medibles en el tiempo; por ejemplo, una meta a trazarse – siguiendo el caso anterior- sería reducir en un 50% las faltas injustificadas al colegio o dedicar mayor tiempo a las tareas de los cursos que representan dificultad para nuestros hijos y claro el acompañamiento de los padres es también fundamental para ir haciendo los ajustes necesarios para alcanzar la meta propuesta.
Por: Jesús Paiba Samamé [Docente Universitario]
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